miércoles, 17 de febrero de 2010

Discografia bordemar

Discografia


Musica de bordemar: En Vivo, Cassette Nº001, año 1984, Sello Bordemar, Puerto Montt. TEMAS: Colores de Chiloé, El Pavo, La Pericona se ha Muerto, Rin a Calbuco , La Huillincana, El Camahueto, Cueca Chinquihue,La Espera, Vals Archipiélago, Arranca Arranca, Himno de Chiloé.

Chilhue, Bordemar y Chiloé /Mauricio Marino
Chilhue, quiere encontrarse así mismo y muchas mujeres y hombres luchan por este reencuentro del futuro, afianzado por las raices del pasado. Entre ellos, Bordemar. No son un grupo de música para...son Bordemar, una instancia de búsqueda, como tantos otros...son parte de la historia tras la historia. Ciertamente que no sabrán si esta búsqueda era cierta. Las generaciones posteriores lo evaluaran y tomaran para seguir el rumbo, pero la historia le da un espacio y tiempo para integrarse al compromiso de Chiloé para Chiloé. Sus objetivos serán absorbidos por el tiempo y la cultura recogerá o expulsará según lo estime para encontrar su real evolución...al menos, dejemosles intentar por ellos mismos. Ancud, Septiembre 1985.

Banda Bordemar 2:, En Vivo (Chille, Gaviotas en Vuelo): Cassette Nº 002, año 1986, Sello Bordemar, Puerto Montt. TEMAS: Bajo de Corvio, Rin del Chille, Dalcas, El Camahueto, A los Amigos, Vals Archipiélago, Segrilla y Maja Colores de Chiloé, Agui, Pasacalle Tradicional, El Tenglo, Lomas de Cucao.

“Chilles, Gaviotas en vuelo” /Juan Estanislao Pérez
En nuestro ultimo viaje de estudio, en el pasado mes de febrero, al archipiélago de Chiloé, tuvimos la grata oportunidad de conocer a la Banda Bordemar, integrada por jóvenes y talentosos músicos de Puerto Montt, quienes me obsequiaron un casete grabado con creaciones propias y en el cual se puede apreciar un trabajo altamente valioso, referido a interpretaciones instrumentalizadas sobre música del Archipiélago.
Hay aquí una re- elaboración de la música tradicional de Chiloé que surge de dos vertientes fecundas, la una es la solida formación musical de los integrantes de la banda y la segunda es que algunos de ellos son chilotes, lo que les ha permitido vivenciar una clase de música altamente representativa en el seno de la propia comunidad de Chiloé, la que posteriormente han sistematizado a través de trabajos de recolección y recreado.

Así es como algunas de sus creaciones resultan sorprendentemente apegadas a las formas tradicionales, en donde la melodía, el juego instrumental y los ritmos se complementan al extremo de que su música hace aparecer a un Chiloé vivo y lleno de fuerza vital.
Creemos que la Banda Bordemar debe ser invitada a participar en los festivales de música folklórica de nuestro país.
Creemos que es necesario que nuestra juventud tenga la oportunidad de apreciar cómo debe ser tratada la música tradicional en el nivel de la re-creación; la Banda bordemar es un ejemplo en ese sentido.
La propuesta que realiza es cogida por el público del archipiélago que asiste a sus presentaciones, logrando confirmar sentimientos de identidad y pertenencia.
En la riqueza melódico instrumental de sus composiciones BORDEMAR expresa su creencia en el destino de Chiloé
Revista de Folklore, El Arado, Nº 10 Marzo de 1987.Santiago.


Colores de Chiloé: Cassette Nº 583, año 1987, Sello Alerce, Santiago.
TEMAS: Colores de Chiloé, Bajo de Corvio, Vals Archipiélago, Agui, La Huillincana, El Camahueto, Noche de Cauquiles, Segrilla y Maja, Cueca Chinquihue, A los Amigos, Rin del Chille, Dalcas, Rin a Calbuco.


LA BANDA BORDEMAR / Ricardo García
Música chilota con reminiscencias de Coloane y del espacio comprendido entre la alta y la baja marea.

Recuerdo a los viejos maestros que nos enseñaron a querer las tierras del sur, Chiloé, la Patagonia. Rubén Azócar, el Chico, rostro cortado a hachazos, mirada severa, escondiendo detrás de su aire recio una mirada de ternura para todo lo humano. Y don Pancho Coloane, gigante enamorado de ventisqueros y tormentas, nos comunicaba el sabor de la aventura del lobero, los cazadores de ballenas, la epopeya del chilote navegando en frágiles embarcaciones. Sus clases, o sus libros, nos acercaron a Chiloé. Los nombres de Dalcahue, Chonchi, Quemchi, se mezclaron con extrañas figuras mitológicas, con la pincoya, el camahueto, el imbunche, la brujería y sus aquelarres cuando el Caleuche cruza silencioso los canales del sueño.
Otro Chiloé
La música de la Banda Bordemar nos trae esta presencia chilota. El bordemar es el espacio comprendido entre la alta y la baja marea. Allí se ha desarrollado la cultura chilota. Allí, sus embarcaciones, sus iglesias de alerce, sus palafitos, su lucha por subsistir, cultura de tierra y mar. Costumbres huilliches, creencias mágicas, fundidas con la religiosidad del español que se asienta en la isla, y allí se queda, último vestigio de la resistencia española, guardando entre novenas y rosarios la historia de un mundo encerrado por el mar. Por allí anda el Patricio Manns, hijo, trabajando con pescadores y artesanos por el desarrollo de Chiloé; por ahí Nelly Alarcon con sus tejidos; por ahí la poesía del taller Aumén; la arquitectura del taller Puerta Azul, las experiencias de la radio Estrella del Mar, los grupos de teatro de Mauricio de la Parra. De todo eso habla la música de la Banda Bordemar, que nada tiene de marcial, pero sí mucho de ensueño, de navegaciones, de leyendas, expresadas en cuerdas y vientos bajo la dirección de Jaime Barría. Evocando las bandas que se formaban en cada pueblo, en otros lejanos tiempos, esta Banda Bordemar nos enseña un nuevo modo de comprender a Chiloé.
Diario Fortín Mapocho, Septiembre de 1987, Santiago de Chile.

BANDA BORDEMAR: Buena Música y Buenas Ideas / Clemente Riedemann

Bordemar es, por estos días, la más refinada expresión musical producida en la zona de Llanquihue. No se tiene mejores noticias acerca de un sonido que sintetice con mayor definición la complejidad cultural de nuestra provincia, ni se resuelva con semejante maestría el difícil problema de incorporar con equilibrio los elementos académicos y populares, tal como resulta agradable apreciar en los 36 minutos de música de “Colores de Chiloé”, primer carrete comercial de la banda porteña.
El “Sonido bordemar” ha superado con tranquilo donaire los limites del criollismo, para expandirse hacia la pluralidad de gustos e interpretaciones estéticas. Ello ha ocurrido en virtud de la genuina identidad cultural de esta música, fuertemente enraizada en su hábitat, pero atenta a las lecturas clásicas de la tradición occidental y el sesgo agresivo de la acústica contemporánea. En un repertorio que sobresale por su homogeneidad estilística, basta mencionar el arreglo para el tema tradicional “La Huillincana” como una muestra de la fuerza y delicadeza expresivas, y como solución de atmósferas musicales distintas, logrando extraer de una pieza ya petrificada por el folklore turístico, una recreación plena de vigorosa belleza.
La presencia de estas claves culturales, por lo demás, común en la formulación de otras artes que, en nuestra región, trata de levantar la más reciente generación de músicos, escritores y pintores. Se procura privilegiar lo vernáculo por sobre lo foráneo- aunque sin rendirse ante la tradición- y de buscar lo nuevo en lo viejo sin acomodarse en el mero formalismo naturalista. Es del todo razonable suponer que, para emprender esta tarea, se exige no sólo esfuerzo y entusiasmo, sino, también, capacidad creadora.
En este sentido, el rol formador ejercido por la Universidad Austral ha resultado relevante, sobre todo durante la primera mitad de la década anterior, incluyendo positivamente en la orientación de esta habilidades, de tal modo que numerosos creadores jóvenes de la región han focalizado sus estudios en los componentes culturales que nos son más cercanos, haciendo de nuestras cosas una fuente de recurrencia temática más permanente
Tiempo es, por otra parte, que esta generación asuma el liderazgo cultural que le corresponde, organizandose para conseguir los apoyos institucionales y los espacios materiales que necesita para alcanzar niveles superiores de creatividad y resonancia.
Celebramos la música de Jaime Barría Casanova, compositor de la totalidad de los títulos que hacen el repertorio de la banda Bordemar. “Colores de Chiloé”, constituye un hito en la consolidación de la personalidad de sólidas cuadernas, constituida con paciencia de artesano y con el talento de un verdadero artista.
Diario El Llanquihue, Junio 1990,Puerto Montt.

Bordevals: Cassette Nº 716, año 1991, Sello Alerce, Santiago. TEMAS: El Mirmicoleón Bordemarino, La Malaheña, El Medán, Rin de las Toninas, El Tenglo, Nostalgias por la Pincoya, La Nave, Bordevals, Los fantasmas del Roselot, Anclado en otra Isla, Travesuras en Cucao, Mañana será ese día.

Bordemar Bordevals/Oscar Gacitúa Gonzalez
El segundo trabajo musical de la Banda Bordemar, aparecido recientemente en casete y próximamente en compact, me hace reflexionar sobre la evolución y proyección que una obra como esta tiene en el contexto nacional y latinoamericano.
Lo primero que se viene a la cabeza con la banda bordemar es la palabra originalidad Con bordemar asistimos a la revisión de la idea tradicional y romántica que se tenía de la originalidad que la emparentaba en cierto sentido con “la invención del hilo negro”. La creación entendida como un salto al vacio, a un campo donde la mayor o menor genialidad de un autor construía un mundo nuevo, el nacimiento de una “creatura”.
El proyecto creativo del Bordemar emprende un camino distinto, en cierta medida más modesto, que reconoce como punto de partida a una cierta tradición a partir de la cual es posible explorar: la obra no escrita de las legendarias bandas religiosas chilotas. La invención, la originalidad esta entonces no en el paso sobre el abismo sino en la recomposición, la desorganización y el reordenamiento de un trabajo anónimo hecho por otros.
Es interesante detenerse un momento en esta concepción creativa porque a mi juicio contiene una serie de elementos que son la materia prima de el debate actual en torno a la modernidad. A nueve años de 2.000 es natural que nos interroguemos sobre modernidad. Probablemente nunca antes como ahora la idea de modernidad había sido tan puesta en tela de juicio. Parece natural pues después de un siglo que se ha asombrado con el vértigo de cambios que ha producido la ciencia y la tecnología, amortiguando el pasmo, ahora comienza a interrogarse el como. ¿Que modernidad queremos? ¿Es toda invención un paso adelante respecto de lo preexistente? ¿O la invención también da pasos en falso respecto de lo que ya existía?. La catástrofe ecológica a la que asistimos parece desmentir brutalmente a esa modernidad de paraíso tecnológico que nos propuso algún día este siglo. “¿Qué Modernidad?” es entonces una pregunta urgente.
No es ninguna novedad ya que hay una misteriosa capacidad de predicción en ciertas manifestaciones artísticas. Algunos postulan que por ejemplo la obra de Kafka es una premonición de los horrores del nazismo y “1984” de Orwell es un adelanto de los horrores de la burocracia pre-perestroika.
En tal sentido también hay señales en las distintas expresiones en lo que se ha dado en llamar “post-modernismo” de una actitud crítica y cuestionadora en torno a la panacea de la modernidad tecnológica, que se refleja por una parte en un sentimiento de desencanto frente a la idea de “vanguardia” y por otro lado con una propuesta de trabajo sobre el cimiento de la tradición.
En la música latinoamericana hay dos casos notables en lo que se relaciona con la invención según las pautas de una determinada tradición. Uno de los casos más conocido de Astor Piazzola, que ha trabajado sobre la base rítmica y estructural del tango para la construcción de lo que el mismo ha llamado “La música de Buenos Aires”. Menos conocido pero igualmente sorprendente y atractivo es el trabajo de Egberto Gismonti con la música brasilera especialmente la nordestina, que conserva más frescas sus raíces africanas. También en la música popular hay permeaciones de esta corriente de verdadera “ecología cultural”. De cierto modo la recopilación que fue la base del trabajo de nuestra Violeta Parra fue un adelanto de esta manera nueva de desafiar a la creatividad, que más adelante han tomado Bob Dylan, sobre la rica tradición de trovadores urbanos, Paul Simon y sus excursiones en lo exótico desde la perspectiva norteamericana y más recientemente todo el movimiento renovador alrededor de la salsa. Ese es el contexto conceptual en que se mueve nuestro puertomontino Bordemar y por ello es que debemos “parar la oreja” para escuchar con detención su sonido, pues más allá de la nostálgica armonía de esas bandas de los poblados de la costa interior del archipiélago soplan allí las trompetas de una modernidad como esperamos que sea la del milenio que viene: Una modernidad a escala humana.
El diario Austral, Domingo 3 de Noviembre de 1991,Puerto Montt.

Colores de Chiloé: Compact-disc Nº159, año 1992, Sello Alerce, Santiago. TEMAS: Colores de Chiloé, Vals Archipiélago, El Medán, Nostalgias por la Pincoya, Bajo el Corvio, Noche de Cauquiles, La Huillincana, Rin de las Toninas, La Malaheña, Segrilla y Maja, Anclado en otra Isla, Los fantasmas del Roselot, Rin del Chille, El Camahueto, El Mirmicoleón Bordemarino.

Mar Interior: Cassette y Compact-disc Nº226, año 1994, Sello Alerce, Santiago. TEMAS: Trauco Pícaro, Al borde de la Consciencia, Vals del Puerto, Amor de Otoño, Domingo en la tarde en la Isla Grande, Mar Interior, Rin de Navidad, Pericona del Cai-Cai y Ten-Ten, Cielito, Rin del Reencuentro.

Texto de presentación, álbum Mar Interior, al borde de la conciencia/Hiranio Chávez
Hace un par de días, recibí una llamada del sello Alerce, que me comunican la presentación del nuevo compacto de Bordemar.
Cuando me hablan de este grupo inmediatamente asocio a los maestros de música tradicional, que pueblan las islas del archipiélago.
A los antiguos trovadores que cantan en las fiestas del pueblo, a los maestros de capilla que mantienen viva la música religiosa y en fin asocio a Jaime a Soledad a sus instrumentos que con violines, guitarra, flauta y piano, dan forma a una estructura de tonos y tonalidades con colores, creaciones e intensidad.
Pero sobre todo Identidad, tan necesaria hoy en día, en que nuestra identidad navega en mares adentro, alejados del bordemar. Donde las raices se afianzan a la tierra y en ella surgen los árboles para cuidar sus mejores maderas, nos abre a mares más profundos más lejanos, pero siempre cercano a sus raices.
La identidad es lo que nos cuesta tanto entender, como símbolo de la condición de ser. La identidad es lo que nos permite sentir un hecho de ser en ser que es. La identidad es una raíz que entra y mira a otros a través de manifestaciones culturales afines.
Alerce, todos sabemos que es el alerce, que identifica y dignifica una cultura, una región del país. Alerce y Bordemar se juntan, no por casualidad Ricardo García, creador del sello Alerce y que sí sabia de identidad, llamó a Bordemar a hechar raices y navegar junto alerce.
Cinco extraordinarios músicos jóvenes, que se juntan bajo la dirección de Jaime Barría para dar movimiento, fuerza y vigor al grupo de cámara Bordemar, y que en corto tiempo editan su tercer disco compacto.
Cuando el sello me solicito que haga la presentación, me sentí honrado, ya que es un gran honor presentar un conjunto con su nueva propuesta musical.
Mar Interior, al borde de la Conciencia, Jaime, Soledad, Catherinne, Eugenia y Fernando, nos hacen navegar, cabalgar, correr, imaginar, reír y también llorar. La emoción nos llega rápidamente, ya que estos jóvenes músicos, saben donde pisan, y el conocimiento que tienen de la Identidad y la cultura tradicional hecho que sin lugar a dudas lo demuestran con cada nota que interpretan.
Con un esfuerzo de preservar la tradición, la identidad, el color, el olor, el sabor, el dolor, la energía y la fuerza y al mismo tiempo, crear nuevas músicas sin romper el equilibrio entre lo nuevo y lo viejo.
Esto es fundamental en el crecimiento de la producción musical, con raíz profunda. Es por eso que son tan claros y transparentes como su aguas y colores, llevandonos ampliamente a navegar a su propio mar, a su mar interior, quienes en esas aguas donde la emoción nos une por entero.
Bordemar y mar interior es una combinación de signos y codigos que de traducirlo, entendemos que la propuesta estético musical, tiene la presencia de lo autentico. Que no teme transar con sistemas colonialistas ni de libre mercado, ni modos de modernidad, sin la identidad que hoy necesitamos.
Bordemar al interior de la conciencia, nos hace tener conciencia que para llevar una nueva cultura, no colonizada, hay que usar todo lo que tenemos. En un mismo tiempo, en un nuevo espacio, en otra dimensión, pero sobre todo sin olvidar el pasado.
Entonces para ustedes, desde la tierra de Alerce, Bordemar nos lleva al mar interior, al borde de la conciencia.Santiago, 9 de diciembre 1994.

Al Abordaje: Compact disc Bord 2170, año 1998, Puerto Montt. TEMAS: Cueca Tierra Adentro, La Puerta del Tiempo, Vals Auquilda, Aguas, La Goleta Ancud, Quemchi, Elena, El Navegante, Himno de Chiloé, Al Abordaje.

"Al abordaje"
El Mercurio
Sábado 19 de Agosto de 2000
Con casi dos décadas de formación, el conjunto Bordemar se ha dedicado concienzudamente a rescatar la música de Chiloé y llevarla a un nuevo nivel de apreciación, al combinarla con singular maestría con una orquestación de cámara e inclusive algunos aires de jazz. Al abordaje, sexta producción de este grupo puertomonttino, mantiene su premisa de dar una inteligente mirada a la tradición del archipiélago, sin caer en el homenaje meramente imitativo y con el suficiente talento para recorrer ese delicado y sinuoso terreno donde no se molesta a los puristas y se simpatiza con los innovadores.

Sur de Chile: compilación, Cassette y CD Nº JABCD 8740501, año 1997, Sello Bordemar, Puerto Montt. TEMAS: El Camahueto, La Huillincana, Segrilla y Maja, Bajo de Corvio, El Medán, Los fantasmas del Roselot, El Mirmicoleón Bordemarino, Rin del Chille, Noche de Cauquiles, Rin de las Toninas, Nostalgias por la Pincoya, Vals Archipiélago, Trauco Pícaro, Rin a Calbuco, Amor de Otoño, Rin de Navidad, Al borde de la Consciencia, Colores de Chiloé, Rin del Reencuentro.

Sur de Chile. Vol 2: compilacion, año 1997, Sello Bordemar TEMAS: Agui, Cueca Chinquihue, A los Amigos, Dalcas, La Malaheña, El Tenglo, La Nave, Bordevals, Anclado en otra Isla, Travesuras en Cucao, Mañana será ese día, Vals del Puerto, Domingo en la tarde en la Isla Grande, Mar Interior, Pericona del Cai-Cai y Ten-Ten, Cielito, Los Pasacalles.

E-Mar: cassette y disco compacto Nº2126, año 2001, Sello Bordemar. TEMAS: E-mar, Pericona del adiós, Faro Corona, Segrilla del pavo, Imaginería, La Fiura, Abril en Huelmo, Catay, Rin del milenio, Pleamar, Barcos en la niebla.

"E-Mar". Bordemar.
La banda puertomontina en su actuación en la Feria de Arte Popular de Concepción de este verano aprovecharon de estrenar algunas composiciones de este álbum. No hay grandes cambios, ya que mas bien se sigue profundizando en los materiales folklóricos chilotes con los que trabaja la banda desde su génesis. El avance podría estar en el uso del acordeón y de la percusión, aunque aun sea tenue. Quizás lo mejor del disco sea "Catay", gracias a su contagioso espíritu alegre, casi de marcha. De todas formas, los tonos menores, la evocación sureña, la descripción romántica funciona con temas como "Barcos en la niebla" y "Abril en Huelmo". Bordemar esta en condiciones de hacer un trabajo musical con grupos de la isla, a hacer patrimonio con los viejos músicos chilotes, a retornar al pasado con el coro de niños huilliches y a inventar "nuevas lluvias" con Schwenke y Nilo, hermandad que viene de un tronco común.
Rodrigo Pincheira, El Sur de Concepción, Marzo 2002

BORDEMAR. 1983-2003: Compilacion, Compact disc Bord 22003, año 2003, Sello Bordemar, Puerto Montt. TEMAS: Cueca Tierra Adentro, Bajo de Corvio, Nostalgias por la Pincoya, La Huillincana, Anclado en otra isla, el Camahueto, E-Mar, La goleta Ancud, Quemchi, Catay, Aguas, El Medan.