Pianista con estudios junto a Alejandro Guarello, profesor de música titulado de la Universidad Austral, compositor con perfeccionamiento en armonía y contrapunto, el currículo de Jaime Barría Casanova pesa, sobre todo, por su involucramiento de más de dos décadas con Bordemar, la banda que fundó en 1983 con el fin de "rescatar, registrar y difundir el folclore de Chiloé".
Desde entonces, ha sido ése su vehículo musical principal, con varios discos y giras internacionales que han dado cuenta del aplaudido talento del grupo sureño. Pero asentado ya el proyecto Bordemar, Barría ha ido fortaleciendo en paralelo una destacada labor solista como pianista, plasmada ya en varios discos y con muy interesantes aproximaciones a la interpretación electroacústica, y la fusión de folclore y new-age.
Entre sus álbumes más destacados se encuentran Piano (2002), un disco con sus propias composiciones, y Collage (2001). Este último fue resultado de un encargo del Museo de Arte Moderno de Castro, en el cual el músico fue, en sus palabras, "pegando elementos sonoros" que integraron sonidos acústicos y eléctricos, incluyendo teclados eléctricos, guitarra, trompetas, xilófono, timbres varios y ensamble de cuerdas, además de sonidos grabados directamente de la Naturaleza (como un trinar de pájaros).
Su condición sureña ha sido una marca no menor en la identidad artística de Barría, cuyas composiciones pueden llevar títulos tan evocadores y visuales del clima austral como "Tarde en lago", "Lluvia quieta" o "Marejadas". Composiciones suyas han sido grabadas por otros intérpretes, como es el caso de Guitarras del Bordemar, publicado en 1997 por el guitarrista Martín Pino.
—Marisol García