Día de la Música
Noviembre 2006
En noviembre de 2006 cumplió un año de funcionamiento la Biblioteca de Santiago, una de las más útiles y necesarias realizaciones estatales de los últimos tiempos.
Es necesario que las comunidades pongan acentos en lo cultural porque, para poder utilizar carreteras, compartir el transporte público, participar en la vida económica de un país, construir una vida soportable, son necesarias mentes lúcidas, mentes creativas, mentes desarrolladas; seres humanos y no meros imbunches.
Claro que la Biblioteca de Santiago tiene insuficiencias, -especialmente si comparamos su oferta de libros y archivos con, por ser despiadados, la Biblioteca Nacional- pero también son notorios sus aportes, especialmente el acercar la disponibilidad de material de lectura, y no tan malo, a un público variado. El párvulo que llega acompañado de sus ilusionados o aburridos padres, el joven que necesita consultar acerca de alguna tarea de esas de colegio, el veterano que busca lectura amena, el profesional que investiga, cada uno puede encontrar algo -aunque sea sólo un comienzo- en la Biblioteca de Santiago.
Y en eso estamos cuando, ese día domingo 26 de noviembre, empieza a sonar música. Más o menos desde las 11:00 y hasta las 17:00, se sucedieron distintos grupos orquestales de la Fundación de Orquestas Juveniles e Infantiles de Chile, haciendo vibrar el aire de los recintos con música de amplio rango.
Se escuchaba a ratos "Yesterday", de McCartney, "Fósiles", de Saint-Saens, "El Camahueto", de Jaime Barría, "Todos Juntos", de Los Jaivas, algo de Tchaikovsky...
La cosa se parecía a "Pepperland", antes de la invasión de los "Malos Azules"; algo así era la atmósfera. Mientras uno recorría los distintos pisos, o tomaba apuntes, la música nos envolvía, coloreando la atmósfera, levantándonos del suelo.
No se porqué me acordé de esa canción de John B. Sebastian:
"And all the players
played together
And all the heavies
were light as a feather"
Feliz día de la Música.
Músico en Chile, 2007